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domingo, 20 de marzo de 2016

ESTO ES LA GUERRA

Antes de contaros las historias con el vecino, os informo que por fin me compré todos los elementos de protección para poder hacer mis muebles de jardín y como soy tan ansia para todo, esta mañana me he levantado a las 7 y me he puesto manos a la obra. Os dejo una foto y así vais viendo los progresos.

¿Qué os parece el color?

Y como lo prometido es deuda, empiezo la historia con el vecino "porculero". Resulta que en la casa justo contigua a la nuestra vive un, le llamaré chaval, aunque también se le podría llamar gorila, de nacionalidad inglesa que se acaba de "arrejuntar" con una chica australiana. Del poco tiempo que estuve viviendo en Edimburgo ya sabia yo lo de la afición de algunos British por cogerse cogorzas monumentales. Pero lo de este tío ya pasa de castaño oscuro.

Por lo visto la novieta, que también se ha venido a vivir aquí, consigue casi de todo, así que deben tener en casa una especie de arsenal, porque no hay fin de semana que no haya fiesta en su villa, jueves, viernes y sábado. Al principio era gracioso, pero ya está empezando a molestar. En estas fiestas están él y sus otros colegas gorilas sin camiseta, entrando y saliendo todo el tiempo del jardín a la casa y de la casa al jardín, con la música a todo volumen, tanto que las paredes tiemblan. No paran de cantar, gritar y hasta les dio una vez por hacer una fogata en el jardín.

Para colmo, no son sólo las fiestas, es que el tío es un maleducado de pelotas y cada vez que entra o sale de la casa da un portazo que parece que se nos cae la casa entera. Habla, o más bien ladra o como sea que hagan los gorilas a un volumen que supera con creces a una reunión de 8 marujas españolas. Y para rematar la faena, como está empezando con la chica ésta, los fines de semana, entre fiesta y fiesta, llevan una vida sexual muy activa. Y como el tío es bruto para todo, pues ya os podéis imaginar. A ella, que es más bien chiquitita, un día me la destroza. Y me daría pena, porque yo creo que es la única que pone un poco de orden ahí.

Pero como dice el título de la entrada "esto es la guerra", y como la noche del viernes al sábado (recordad que David trabaja los sábados) me tuvieron hasta las 4 de la mañana sin dormir, he decidido tomarme la revancha. Así que el sábado me levanté a las 8 de la mañana, di unos cuantos portazos, me descargué Spotify en el iPad y puse a todo volumen la banda de cornetas y tambores de las cigarreras. Estuvo sonando tres horas. Ah! Y con el iPad estratégicamente colocado en la parte del jardín que da a su ventana.

Como eso me parece poco castigo, esta mañana me he vuelto a poner en situación de Domingo de Ramos y de paso les he animado la mañana con más marchas de Semana Santa, y en cuanto pase esta semana les va a tocar escuchar unas cuantas sevillanas y rumbas.

Como no sé si será suficiente, os pido, mediante esta entrada, consejo de con qué más los puedo castigar. Así que por favor, ¿qué más podría hacerles? Pensad que esto es la guerra y necesitamos la revancha por lo que nos hicieron en la batalla de Trafalgar.

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