Translate

domingo, 31 de enero de 2016

SE ACERCA EL INVIERNO

O como dirían los amantes de Juego de Tronos "WINTER IS COMING". Si, como lo leéis ha llegado el invierno a Arabia Saudí. Las temperaturas por la noche no suben de cero y el viernes pasado la máxima durante el día fue de 9 grados. Y lo más curioso es que ha nevado en algunas partes del país. Me parece mentira que aquí en medio del desierto haga este frío. Y yo como siempre, no estoy preparada para esto. Pero bueno parece que es cuestión de días y que podré volver pronto a la piscina.

Pero eso no es lo mejor que os voy a contar hoy. Lo más reseñable es que esta mañana he hecho la primera entrevista de trabajo en inglés de toda mi vida. Y lo que es mejor, he salido contenta. Que esto no quiere decir que me vayan a llamar, pero por lo menos es un paso adelante. Parece que los madrugones de estos días han dado su fruto.

¿Os acordáis que el jueves me compré una abaya nueva? Pues era para esta ocasión, ya que no quería presentarme en la empresa con una abaya que va soltando hilos negros por todos sitios y que permite que se me vean las muñecas y los tobillos, no vaya a ser que no me entrevistaran por indecente. Ahi va una foto de mi nueva adquisición para fondo de armario.

Esta mañana antes de salir

Pues os cuento cómo ha sido todo. Como estaba citada a las 10 de la mañana y a mí no me gusta llegar tarde ni a un funeral, he quedado con el taxista del compound a las 8,15, que cualquiera sabe lo que te puedes encontrar aquí: un atasco monumental, que se está quemando un coche en medio de la calle (y esto es verídico) o que el taxista se me pone a rezar en medio del camino. Así que más vale prevenir que curar. Pues con eso de que me ha recogido tan temprano, y que ya todos conocemos la famosa ley de Murphy que dice que cuando vas con tiempo más que de sobra te pillan todos los semáforos abiertos, me he plantado en las oficinas una hora y cuarto antes de la cita. Total, que me tenía que quedar sola en medio de la calle esperando a que llegara el momento de entrar, y cuando el taxista se ha dado cuenta de la situación casi que me lo prohíbe. Me ha dicho que no me podía quedar allí porque no había nadie por los alrededores y podía tener problemas con los hombres saudis, ya que por lo visto no les parece bien que una mujer ande sola por ahí. Así que casi le he tenido que prometer que me metía dentro de las oficinas a esperar.

Para poneros en antecedentes os comento que la empresa es un consulting de diseño urbanístico y arquitectura y se caracteriza porque tiene a muchas mujeres contratadas. La verdad es que no pensé que eso se pudiera dar aquí, pero ya veis que no es tan fiero el león como lo pintan. De hecho, la primera persona que me ha entrevistado era una chica libanesa que es la responsable de producción de la empresa. Esta parte ha sido bastante amena y ella me ha permitido contarle todo lo que me había preparado sobre mi formación y experiencia. A continuación ha llamado al dueño de la empresa para ver si podía verme y él ha accedido. Este hombre, de nacionalidad saudí, ha sido también de lo más educado y agradable. Me ha contado que estuvo en Sevilla cuando la Expo'92 y ha bromeado diciendo que en el caso de que me contraten tengo que darle clases de español. La verdad es con ambos me he encontrado bastante relajada. Finalmente, me ha contado que están a punto de comenzar un par de nuevos proyectos y va a estudiar donde me podría asignar. Suena bien ¿verdad? Esperemos que ésto llegue a buen puerto. En cualquier caso me ha sorprendido gratamente que me llamasen tan rápido.

Como siempre, os mantendré informados de mis progresos aquí. Espero poder seguir contando cosas buenas estos próximos días. De momento os adelanto que este jueves nos vamos a Dubai a pasar cuatro maravillosos días.

jueves, 28 de enero de 2016

YA TENGO UNA AMIGA

No sé si os había contado que llevo más o menos un mes escribiéndome con una chica que lleva aquí tres meses. Se llama Ana y es rusa. Estudió la carrera en España y está casada con un chico de Jaén, por lo cual habla el español perfectamente. Pues por fin hoy hemos quedado para conocernos.

Hemos quedado en un centro comercial para tomar un café y ver tiendas, porque como ya os he contado tampoco se puede hacer mucho más por aquí. La verdad es que la tarde ha estado bastante bien ya que hemos encajado perfectamente, y además luego se nos ha unido David, así que hemos estado de charla un buen rato, intercambiando opiniones del país. Tal y como he dicho, la tarde ha ido muy bien, aunque hemos tenido algún que otro sobresalto.

Resulta que estábamos tomando café en el Paul, que es una cadena de cafeterías-pastelerías de la que todo el mundo habla genial. Y con razón, porque los dulces tienen una pinta estupenda y el café también está muy bueno. Pues estando allí de charleta con nuestro café ha aparecido la tan temida mutawa, esto es, la policía religiosa y al ver que ninguna de las dos llevábamos el pañuelo en la cabeza nos han llamado la atención para que nos lo pusiéramos. El problema era que Ana había cambiado de bolso y no llevaba su pañuelo. Así que, como ya habíamos pagado, nos hemos levantado corriendo y nos hemos ido a una tienda de abayas para que Ana se comprara uno. Y ya de paso, he aprovechado para comprarme una nueva abaya, no vaya a ser que tenga que hacer una entrevista de trabaja más pronto que tarde. Ya os pondré más adelante una foto para que veáis mi nueva adquisición.

Por cierto, esto de cruzarte con la mutawa es como cuando ves a la guardia civil en España mientras vas conduciendo, que aunque no hayas hecho nada te entra un poco de miedo. Pero bueno, supongo que es una de las cosas a las que tendré que ir acostumbrándome.

Y eso ha sido todo por hoy amigos. La próxima más y mejor.




martes, 26 de enero de 2016

A LA BÚSQUEDA DE UN TRABAJO

Si me llegan a decir hace un mes que iba a estar en Riyadh sin casi tiempo para respirar no me lo hubiera creído. Pero así son las cosas y así os la voy a contar.

Al hecho de intentar mantener la casa limpia todos los días, probar nuevas recetas de cocina, el bricolaje, ir al gimnasio, estudiar inglés, salir por mi cuenta y escribir un blog, se ha unido otra tarea más, y es que ahora tengo que prepararme para encontrar un trabajo. Sí, como lo leéis. Se puede dar la situación de que empiece a trabajar aquí. Estoy que no quepo en mí de gozo.

Ayer por la noche tuve una charla con el súper jefe de David. Como digo fue una charla más que una entrevista, y se trataba de ver cómo podíamos enfocar mi currículum para encontrar una ocupación remunerada para mí. Lo cual, además de estar bien para no oxidarme el tiempo que vivamos aquí, me va a permitir ganar un dinerito y así poder comprarme la abaya que se me antoje sin tener que acudir a las de las cajeras de Carrefour.

Después de un rato hablando, llegamos a la conclusión de que podía recomendarme para una empresa saudí dedicada al maravilloso mundo de la  edificación. Resulta, que las dos empresas, la de David y ésta saudí, van de la mano en algunos proyectos que se están desarrollando por Arabia y cuya propiedad es un organismo público del país. Pues unos de los requisitos que debe cumplir la compañía saudí para poder acceder a más proyectos, es tener certificado un sistema de calidad ISO 9001, cosa que de momento no cumple. Así que al jefe de David se le ha ocurrido que podrían contratarme para dedicarme a esa labor. Yo estaría encantada de la vida, aunque hay que reconocer que es algo que no he hecho nunca. Es cierto, que era una de las aspiraciones que tenía cuando empecé a trabajar en Foince, pero como ya se sabe, del dicho al hecho va mucho trecho.

Como he dicho ya por aquí, algunas veces soy muy echada para adelante, o mejor dicho una inconsciente de los pies a la cabeza. Así que me planté delante de este hombre diciéndole que me encantaba el tema y que estaba convencida de que lo podía llevar perfectamente. Oh my God! ¿Dónde me estoy metiendo? Pues debido a mi arranque de valentía no me ha quedado más remedio que darme el madrugón y empezar a estudiar como una loca sistemas de gestión de calidad. Y no es el madrugón de hoy, son los que me quedan si quiero llegar a la entrevista un poco en condiciones. Así que chicos, todos a pedir a San Judas Tadeo o a quien haga falta para que me llamen y todo vaya bien. Y por supuesto os mantendré informados con las últimas novedades.

Ya por último, informaros de que he probado una receta árabe que se llama Kofta, y me ha salido buenísima. Ya mañana os cuento en qué consiste, teniendo presente, claro está, que ésto no es un blog de cocina. Aunque como me "dé la picá" me pongo y escribo uno, "que yo estoy mu loca, que yo quito el USB sin poner el modo seguro".

Pues eso ha sido todo por hoy amigos. Mañana más y mejor.


domingo, 24 de enero de 2016

PRIMERA SALIDA EN SOLITARIO

Tal y como os comenté el otro día, aquí el fin de semana es cortito, así que hoy domingo ya hemos comenzado la nueva semana, con las fuerzas a tope y con una nueva experiencia para mí, la de salir por mi cuenta.

Desde que llegué por primera vez había tenido ganas de salir yo sola del compound, es decir, sin David. Pero es cierto que como lees tanto por internet, te da un poco de reparo ir sola por ahí. Aunque ya no podía esperar más, porque si no te arrancas pronto, es como que te da pereza y siempre buscas excusas para quedarte en el compound, ya que aquí dentro encuentras casi de todo. Así que ni corta ni perezosa me he plantado mi abaya y me he ido a coger el autobús que el compound pone a disposición de las mujeres para llevarlas, principalmente a centros comerciales.

Todos los meses cuelgan en un corcho, que hay en el supermercado, un schedule con los sitios y las horas a las que va el autobús cada día del mes. Y hoy tocaba salir a las nueve de la mañana al Granada Mall, que es un centro comercial medianamente grande, a una media hora de casa. Está lleno de tiendas (como viene siendo lo habitual de los centros comerciales), entre ellas varias de marcas españolas: Zara, Mango, Adolfo Domínguez, etc. También puedes encontrar un Carrefour grandísimo, muy al estilo de los que conocemos y donde venden lo mismo que en los de España, a excepción de carne de cerdo y alcohol. En cambio, hay una sección entera de frutos secos, a cada cual más bueno.

He llegado temprano para no quedarme en tierra, que los que me conocéis ya sabéis cómo soy yo con eso de la puntualidad. Y allí he coincidido con cuatro mujeres más que salían del compound. Menos mal, porque estaba empezando a pensar que era yo la única chica que vivía aquí. Una vez en el bus hemos hecho las presentaciones correspondientes y no es por nada, pero eso parecía un chiste: "van una china, una rusa, una australiana y una española....". Tonterías aparte, eran todas muy agradables y enseguida me han dado conversación y nos hemos ido juntas a por un café, aunque luego cada una ha seguido su camino.

Yo, por mi parte, iba con dos ideas. Por un lado quería buscar una tienda que vendieran abayas, porque la que me trajo David para venirme, y la única que tengo de momento, es un poco sosa y además no debe ser de muy buena calidad, porque se me está deshilachando por dentro. Pero vaya disgusto me he llevado. Y vosotros, pobres inocentes, os preguntaréis porqué. Pues resulta que he visto dos tiendas de éstas. Que por cierto, son la alergia de la huerta, todas las perchas con las prendas éstas negras colgadas. En la primera el precio medio de la abaya, que ya sabéis que es una túnica negra, era de 1800. Eso no es ni más ni menos que ¡450 euracos! La cara que se me ha quedado era un poema. Y va la dependienta y me dice que son abayas de diseñador. Pero, ¡por Dios! que diseñador ni qué niño muerto, si es un trozo de tela negro, que como mucho lleva un bordadito en la manga. Ahora entiendo yo a los Dolce y Gabbana, que acaban de sacar una colección de abayas. Nota mental: hacerme diseñadora de abayas.

La otra tienda era un poco más barata, pero tampoco os creáis que mucho más. La abaya que tenía el precio más bajo costaba 110 euros, y no llevaba ni un mísero bordado. Así que me he ido de allí con las manos vacías. No sé, pediré una para los reyes del año que viene, porque a mí me da pena gastarme más de 100 euros en eso.

De allí me ido a Carrefour a ver si encontraba papel de lija y cola para madera, porque se me ha ocurrido la magnífica idea de fabricarme yo misma unos muebles de jardín con palets viejos. Si al final lo consigo y no me queda muy cutre, os pondré unas fotos. De momento, esta tarde saldré ya a coger unos cuantos palets que he visto tirados por una zona del compound. Aunque para empezar manos a la obra tendré que esperar a que David me lleve a una ferretería, ya que en Carrefour no he encontrado nada de lo que estaba buscando. Bueno sí, un pulverizador para mí nueva planta y un set de herramientas muy apañado.

Ya cuando he ido a pagar, me he encontrado con otra cosa que me ha llamado la atención. Resulta que hay unas cuantas cajas sólo para mujeres y atendidas por mujeres. Y estas dependientas, que también van vestidas de ninja, llevan su correspondiente abaya negra con el logotipo de Carrefour bordado en azul y rojo. Estoy por meterme a trabajar en Carrefour para que me den la abaya y no tener que gastarme esa pasta en una, que además no lleva ni logo.

La próxima vez que salga intentaré hacer fotos para ilustrar los comentarios. Hoy me ha dado un poco de cosa, por eso de que era la primera vez que salía y no quería liarla parda, ya que me han dicho que aquí no les gusta mucho que se les haga fotos.

Bueno chicos y chicas, de momento eso es todo por hoy. Mañana más y mejor.

17E6C5FD-E9C9-40E7-8CCE-1D435D983536



viernes, 22 de enero de 2016

UN VIERNES CUALQUIERA

Como muchos ya sabéis, el viernes es el único día que no trabaja David, así que hacemos lo posible por aprovechar el tiempo libre al máximo. Por ejemplo, la semana pasada nos invitaron a una barbacoa que se celebraba en la casa donde vivía David antes de que yo llegara. Así que para colaborar un poco, preparamos dos tortillas de patatas y llevamos unas cuantas cervezas sin alcohol. Así que entre charlas y cervezas sin alcohol estuvimos allí todo el día y nos echamos unas risas.

Para hoy, el plan se ha presentado más tranquilo, aunque no por ello más aburrido. De momento y como David no puede disfrutar mucho de las instalaciones del compound, nos vinimos a la piscina a nadar un poco y tomar el sol, que tengo que ponerme morena para dar envidia a partir del 14 de febrero que vuelvo a España. Aquí cuelgo una foto para poner un poquito los dientes largos a aquellos que estáis disfrutando del maravilloso invierno.

Pleno invierno en Riyadh 

Después de un ratito de pisci, tocaba irse a comer y con la oferta tan amplía que hay aquí no sabíamos por cuál decidirnos. Japo, libanés, árabe, turco....Al final ha tocado uno de carnaca de la buena. Se llama Butcher's and grill y al igual que en el árabe que comimos con Jaime, cuenta con reservados en la zona de familia. Así que poco a poco voy confirmando que son para que ellas puedan comer tranquilas sin el pañuelo y sin estar expuesta a las miradas de otras personas. Nos hemos pedido unas hamburguesas de esas que hacen historia. Y para beber la famosa ment limonade tan típica de aquí. Muy recomendable todo, comida, bebida y servicio. Y el precio razonablemente bien, es decir, no es barato pero tampoco te sacan los ojos.

Después del almuerzo íbamos a ir a una cafetería que dice David que es buenísima. Se llama Paul y hay varias repartidas por toda la ciudad, además llevo tiempo queriendo ir, pero en vista del lote de zampar que nos hemos dado, no nos ha quedado hueco ni para el café, así que otro día será. Con lo que nos hemos tenido que conformar con ir al súper a hacer la compra.

Es una pena lo poco que dura el fin de semana de aquí. Aunque los sábados por la tarde también es libre, ya no es lo mismo, porque toca madrugar y se reducen mucho las posibilidades de salir de la ciudad. Pero bueno, nos adaptamos a lo que hay y como dije antes, intentamos aprovechar.

Para la semana que viene hemos pensado ir al hipódromo, ya que creo que está genial y hay que ir pronto, ya que la temporada de carreras termina justo cuando empieza a hacer calor. Ya os contaré qué tal. Y además prometo colgar fotitos de otra cosa que no seamos nosotros, que me estoy poniendo muy pesada con tanto selfie.

De momento me despido hasta mañana, que nos quedan todavía unas horas de fin de semana y hay que disfrutarlas.



jueves, 21 de enero de 2016

VISITANDO LA CIUDAD

Una vez que he cumplido mi promesa de contar la visita de nuestro amigo, procederé a narrar un poco por encima mis dos primeras semanas y media en Riyadh. Y sólo las dos primeras semanas y media, porque es el tiempo que estuve aquí la primera vez que vine.

Si me habéis leído desde el principio, recordaréis que llegué el 30 de noviembre. Bueno, mejor dicho el 1 de diciembre porque eran ya las 4 de la madrugada cuando aterricé. Y, como la Navidad estaba a la vuelta de la esquina, teníamos billetes para volver el 18 de diciembre. Así que para mí, esta visita, no fue más que una toma de contacto. Lo justo para hacernos con la nueva casa y salir tres o cuatro veces por la ciudad.

Ese corto espacio de tiempo me ha servido para darme cuenta de que no es tan fiero el león como lo pintan. Es cierto que las mujeres van tapadas hasta los ojos (y esto es literal) y que no podemos fumar  ni conducir, ¡ah! ni sentarnos en las terrazas de los bares, pero en general se respira tranquilidad y en ningún momento tienes sentimiento de inseguridad. Además, por otro lado, prefiero no conducir aquí, porque el tráfico y la forma de llevar el coche de ellos merece una entrada aparte.

Las veces que he salido a la ciudad me ha permitido ver que es casi todo un poco desastroso. Y digo casi todo porque hay zonas que se salvan, como la calle Tahlia, de la que hablé ayer. La ciudad es una obra continúa. Todo está lleno de grúas, zanjas, máquinas y desvíos de tráfico. Así que el gps te suele jugar malas pasadas. Otra cosa son los escombros. Hay parcelas enormes de terreno hasta arriba de escombros y basura. David dice que es porque conforme van haciendo obras los van depositando en el primer sitio que les pilla y ahí se quedan. Aun así, yo creo que en unos cuantos años la ciudad quedará bastante bien. Aunque en ese punto no nos ponemos de acuerdo David y yo. Él piensa que esto seguirá siendo un desastre por muchos años que pasen.

Otra zona que se salva es di Riyadh. Según me ha explicado David, esta es la zona antigua de la ciudad aunque la están reformando y les está quedando muy bonita. Di Riyadh está justo al lado de un río, que no me acuerdo cómo se llama, y tiene una zona con parques donde van las familias a hacer picnic los viernes. También hay tiendas de souvenirs (no sé para qué, porque aquí no hay turistas) y cafeterías. La verdad es que me gustó mucho el sitio y el ambientillo que había. A continuación os dejo un par de fotos para ver qué os parece.


Yo con mi abaya en di Riyadh 

Selfie 

Justo detrás de nosotros podéis ver lo que bien pudiera ser un hombre con sus tres esposas. Que no lo sé, sólo digo que podría, porque como ya sabéis, aquí los hombres pueden casarse más de una vez. Aunque tengo entendido que para ello, debe dar el consentimiento la primera mujer. No se le ocurrirá a David pedirme permiso para eso. Y si se le ocurre, no voy a nombrar dónde lo mandaría, porque puede quedar muy feo.



Después de nuestro paseo por di Riyadh decidimos hacer lo que hacen muchos árabes, que por otro lado es  otra de las pocas cosas que se pueden hacer en el único día libre que tiene David. Esto es, ir a un centro comercial o mall a comer a un restaurante. Como fuimos a uno situado en la calle Tahlia, que ya os dije que era una pasada, las tiendas eran todas de las de mírame y no me toques. Balenciaga, Gucci, Dior, y mejor que pare porque se me siguen poniendo los dientes largos. Así que pasamos de las tiendas y nos fuimos a comer a un restaurante cuya especialidad son los noddles. Estaban buenísimos, aunque sí tengo que destacar lo que más me gustó, diré que fue el zumo de kiwi, lima y menta que me pedí. Sin palabras, estaba espectacular, pero en honor a la verdad, ya me habían avisado que los zumos de frutas naturales que hacen por aquí están riquísimos. 

Después de pagar 80 euros por dos platos de fideos chinos, dos zumos y una strawberry cheesecake era hora de volver a casa, ya que David trabajaba al día siguiente. Y cuál fue mi sorpresa cuando saliendo vimos a un montón de ninjas haciendo cola en las tiendas más glamourosas del mall y en la calle todos los cochazos con sus chóferes esperándolas a que terminaran de comprar. Nota mental: visualizarme comprando en esas tiendas con mi chófer esperándome fuera en mi cochazo de lujo. 

Ahora hablando en serio, esto de momento está muy bien y parece que me voy adaptando estupendamente. Así que si alguno de nuestros allegados está algo preocupado por nosotros, que se calme y si alguien que lea el blog está planteándose venir aquí a trabajar, que se anime. Es una experiencia totalmente recomendable, por lo menos visto desde mi escasa experiencia.

Besos y hasta mañana









 

miércoles, 20 de enero de 2016

LA VISITA DE JAIME

Al final ayer se me hizo tarde y no pude crear la entrada, pero ya veis que hoy de nuevo vengo a dar el coñazo un poco. Así que como lo prometido es deuda, toca contar lo de Jaime.

Resulta que tengo un muy buen amigo de los años de la universidad, mejor dicho, de la escuela, que así es como la llamábamos allí. Su nombre es Jaime y vive en Chipre con su mujer y sus tres hijos.   Siempre he considerado que este chico es un personaje muy entrañable, y que conste que no pretendo hacerle la pelota. ¿Habéis visto la serie Friends? Pues es como Chandler, que nunca dice de qué trabaja. Llevo muchos años conociéndolo y prometo que todavía no sé a qué se dedica. Pero lo cierto y verdad es que no ha parado de trabajar desde que terminó la carrera y ese trabajo le hace viajar mucho. Pues en uno de esos viajes tuvo que venir a Riyadh, y dio la casualidad que llego aquí justo dos horas antes que yo. Imaginaos, los dos amigos de la misma ciudad y viviendo a cinco o seis horas de avión el uno del otro, y tenemos que coincidir en este país para tomarnos algo juntos, teniendo en cuenta que este es uno de los dos únicos países del mundo que no emite visado de turista.


Los dos sonrientes en la zona de la piscina

Pues estuvo por aquí tres días, así que gracias a esto pudimos salir a cenar juntos un par de noches. El primer día fuimos a un restaurante japonés que le gusta mucho a David. Se llama Kampai, y está en la calle Tahlia. Esta calle es una auténtica pasada. Está llena de tiendas de lujo, cochazos tipo Ferrari, edificios super nuevos y un montón de restaurantes buenos. Pero aquí también es donde me di la primera en la frente. Lo explico, como he dicho hay un montón de restaurantes muy chulos, todos con sus terrazitas correspondientes, muy monas ellas. Pero claro, hay que tener en cuenta que en este país se da la peculiaridad de que hay segregación por sexos. Es decir, siempre hay zona sólo para hombres y otra para mujeres o familias. Y como era de esperar, esas maravillosas terrazitas son para el uso exclusivo de hombres. ¡Ay qué pena! Con lo que me gusta a mí una terraza de un bar con una cruz campo, una tapita y un cigarrito. Porque esta es otra, no se me puede ocurrir fumar en la calle.

Cena en el Kampai

Después de la experiencia gastronómica del primer día, la cual fue estupenda, decidimos que la segunda noche probaríamos con la comida árabe, así que David nos llevó a un restaurante que conocía y que también le había gustado. La peculiaridad de este sitio es que la zona de familias tiene unos reservados, que yo creo que es para que las mujeres se puedan quitar el pañuelo que llevan en la cabeza y poder comer tranquilas. Que por cierto, un día tengo que contar la indumentaria de las ninja, como yo las llamo. En cuanto a lo de reservados puede ser que se dé en todos los restaurantes, aunque de nuevo no me puedo extender mucho debido al poco tiempo que llevo aquí.

Siguiendo con nuestra noche, llegamos a este sitio y nos metieron en una de las salas. No era muy grande y estaba llena de alfombras y cojines para comer en el suelo, y separada del resto por cortinas. Pedimos un montón de cosas típicas y estaba todo riquísimo. Bueno, todo, todo no, la cerveza sin alcohol está regular nada más. El postre nos encantó, eran como unas torrijas hechas con el pan de pita. Un día tengo que intentar la receta. Ya os contaré qué tal. De allí ya nos fuimos a casa ya que a Jaime lo recogía allí un taxi para llevarlo al aeropuerto. Y aquí se acaba la historia de nuestra primera visita en Riyadh. Esperemos que no sea la última. Os dejo una foto más y me despido hasta mañana. Sed buenos y leedme y comentadme cositas.




martes, 19 de enero de 2016

MIS PRIMERAS IMPRESIONES

Siempre he tenido muy claro que no hay que quedarse con la primera impresión de nada, porque cuando el tiempo pasa y te vas familiarizando más con las cosas que eran nuevas en un principio, la perspectiva cambia. Y no lo digo por llevarle la contraria al sabio refranero español, sino porque realmente lo pienso así. De todas formas, esta teoría mía, la podremos comprobar a medida que se vaya desarrollando el blog y claro está, mi vida aquí. Por mi parte, prometo hacer todo lo posible por no cansarme de escribirlo y estoy segura de que me ayudará a este propósito todos los comentarios que me hagáis. Así que ya sabéis, a comentar como locos! Que esa es la parte que os corresponde.

Pues después de esta reflexión, seguimos al lío.

Nos quedamos en que David me recogió del aeropuerto y me trajo a casa. Y lo siento mucho pero aquí tengo que pararme a explicar también lo de la vivienda, ya que creo que le puede servir a alguien que vaya venir a vivir a Arabia.

Resulta que en este país, la mayoría de los occidentales que vienen a trabajar se alojan en unos sitios que se llaman compounds. Esto es como una urbanización más o menos grande y cerrada, donde no aplican las reglas de los árabes y ofrecen servicios como gimnasio, piscina, supermercado,...Con lo de que no aplican las reglas de los árabes me refiero a que las mujeres no tenemos que llevar la abaya. Creo que hay varios tipos de compounds, los hay más grandes y más pequeños, que tienen más servicios o menos. También los hay donde residen musulmanes. Aunque tampoco puedo desarrollar mucho este tema, porque llevo tan poco tiempo que sólo conozco dos. En el que vivimos ahora, que es el Riyadh Village Compound y en el que vivía antes David con sus compañeros de trabajo, el Ishbilia Compound. ¿Habéis visto cómo le tira? Para que luego diga que lo que a él le gusta es Cádiz.

El Riyadh Village está bastante bien para mi gusto. Son casitas bajas, tipo bungalow y todas tienen un pequeño patio detrás con un trocito de césped. Por lo visto es bastantes antiguo pero lo están reformando y se ve "mu apañao", como decimos en la Ishbilia de verdad. Hay un gimnasio muy nuevo, pistas de tenis, squash y baloncesto, una piscina, que yo creo que tiene 30 metros de largo, un supermercado pequeñito, peluquería, servicio de bus gratuito para mujeres, servicio de taxis, zona chill-out con barbacoa y bar-restaurante.

Creo que este es el momento perfecto para colgar la primera foto. No es que sea muy buena, pero es para que vayáis viendo poco a poco que tal está nuestro compound. Así que aquí va nuestra piscina.



Otra cosa muy buena que tiene este compound, es que tiene una vida social de lo más animada. Los jueves noche y viernes durante todo el día, se reúne un montón de gente en el bar. Guiris todos, porque los únicos españoles somos David y yo. Allí  se toman sus copitas, con lo cual terminan hablando altísimo y cantando todo tipo de canciones. Además viene mucha gente de fuera y de verdad que se llena y hay mucho ambientillo.

El otro compound que conozco debe ser de los mejores de Riyadh, las villas son la leche (en la que vivía David había 6 baños, ¿os imagináis para limpiar eso?), la zona de la piscina es muy bonita, hay bolera y cine, y el edificio de zonas comunes está genial. Pero aún así, prefiero el de ahora. 

He llamado a esta entrada "mis primeras impresiones", y estoy escribiendo de todo menos de lo que se supone que tenía que escribir. Así que creo, que escribiré otra entrada de impresiones, ya si eso mañana, o mejor dicho, ya si eso, mejor hoy. Porque como siga retrasando esto, no me voy a poner nunca al día. Como me pasaba con las asignaturas de la escuela. Os sonará a algunos, ¿no?. ¡Ah!por cierto Jaime, ahora voy contigo. Y no me he acordado de ti porque no fueras al día, que de sobra sé que si. Me he acordado porque en la próxima entrada toca narrar tu visita.     



















lunes, 18 de enero de 2016

MI RUTA AL MIDDLE EAST

Supongo que os parecerá raro que haya varias entradas el mismo día. Esto se debe a que lo tenía escrito desde antes en word y hasta hoy mismo no me ha dado por crear el blog y publicar entradas como una loca. Una vez aclarado este punto comenzemos con la historia.
Mira que habíamos estado tiempo esperando, pues como siempre, las cosas se hacen a última hora. Resulta que el visado no lo tuve hasta un viernes y como tenía tantísimas ganas de venir, pues ese mismo día compré el billete de avión, el AVE y me puse a hacer maletas, todo para volar yo solita al lunes siguiente.
Al comprar el vuelo con tan poco tiempo de antelación, los billetes con Saudia, (la compañía de aquí) salían carísimos, con lo cual me tuve que conformar con la compañía egipcia, haciendo escala en El Cairo, que todo hay que decirlo, pero fue un auténtico coñazo.
Pues ya con todo listo y sólo tres días después de comprar billetes, me puse en camino desde Sevilla.
En Atocha me estaba esperando Juan, el hermano de David, para llevarme al aeropuerto. El viaje, como ya he dicho, fue un coñazo muy grande, con una escala de casi 4 horas en El Cairo. Menos mal que desde El Cairo a Riyadh volaba en business, lo que me permitió acceder a una sala de esas vip del aeropuerto donde te dan té y pastelitos y lo que para mí era importante, se podía fumar. Ya que después de ver los smoking points de ese aeropuerto, tenía muy claro que no iba a entrar.
Por cierto, si alguna chica que vaya a venir aquí lee esto, que sepa que debe ponerse la abaya antes de bajar del avión. O por lo menos yo lo hice así.
Pues continuando con el relato, tengo que decir que había venido muy tranquila todo el tiempo, más de lo que pensaba que iba a estar volando sola hasta aquí, pero ya en el aeropuerto de Riyadh, en el control de pasaportes, me encontré con todos esos árabes tan serios, con sus túnicas blancas y sus pañuelos en la cabeza, así que empecé a ponerme un poco nerviosa. Y todavía me puse más, cuando después de poner el dedito para la huella, se quedaron con mi pasaporte y me dijeron que me sentara. Imaginaos lo que es estar en un país como éste sin pasaporte, sin teléfono y sin saber qué pasa, viendo cómo corre el reloj y nada de nada. Bueno, sí, estoy exagerando un poco, ya que sólo fueron 15 minutos, aunque, eso sí, se me hicieron eternos.
Por fin me dejaron pasar y pude recoger mis maletas. Una paradita más para que te escaneen el equipaje y para fuera!
No os podéis imaginar la alegría tan grande que fue ver a David allí esperándome. Tanta alegría, que se me olvidó todo lo que había leído de evitar las muestras de cariño en público, y le planté un beso en los morros. Pero ahí tampoco llegó la sangre al río.
Para la siguiente entrada, la llegada al compound y mis primeros días.





EL PREVIO

Antes de empezar con el blog, creo que lo más conveniente es poner en antecedentes. David y yo nos casamos en 2013, y desde entonces habíamos estado viviendo en el Puerto de Santa María, (muy felizmente, la verdad) hasta que en febrero de 2015 contrataron a David para trabajar en Riyadh.
Desde un principio nos pareció muy buena idea lo del cambio de aires. Yo por mi parte siempre he sido bastante aventurera en ese sentido (aunque no sé si es mejor decir inconsciente), y para David era una oportunidad profesional estupenda. Así que después de varios meses buscando trabajo decidimos liarnos la manta a la cabeza y aceptar la oferta.
En un principio se iba David sólo, ya que desde la empresa le tramitaron una business visa y para que yo pudiera ir hacia falta que él tuviera la iqama, que es la tarjeta de residencia.
Después de algunos meses, los cuales se nos hicieron cortos, sobre todo debido a que David volvía cada mes y medio y a que se rompió el tendón de Aquiles y tuvo que pasar dos meses de baja en España, y viendo que la iqama se demoraba mucho, conseguimos que la empresa de David me hiciera una business visa para mí. Y tachan!... El 30 de noviembre me puse en camino de mi nueva aventura.