Creo que en la última entrada os conté que se nos fueron los queridos vecinos. Pues al día siguiente vinieron a la casa un montón de gente que trabaja en el compound para pintar, limpiar y organizar, y yo que soy un poco cotilla me puse a preguntarles que si entraba alguien nuevo y lo más importante, que si los vecinos se habían ido a otra villa o definitivamente se habían ido del compound. Pues "cucha Mari que te cuente" que no se han ido, que los han echado. Si, si, como lo leéis. Así me quedé yo, muerta. ¿Véis cómo no soy tan exagerada y como no me quejo por gusto?. Y al día siguiente, como había que seguir indagando, nos fuimos a cenar al restaurante de aquí y les estuvimos preguntando a las camareras, que nos confirmaron que definitivamente era cierto que los habian echado. Por lo visto a él ya le habían dado una oportunidad, pero no hizo mucho caso y el sábado pasado, cuando todavía estábamos nosotros en España, la debió montar muy gorda y hala, a la calle. Así que nos hemos quedado todos contentos, porque le daba por saco a todo el mundo, no sólo a nosotros.
Nosotros también hemos tenido una baja en el equipo. Se nos ha ido Miguel. Una pena, porque los fines de semana se habían vuelto muy entretenidos. Las cenas ya no serán lo mismo sin sus bailes. Aunque ayer nos confirmó que existe alguna posibilidad de que vuelva en un par de meses. Esperemos que sí, y sigamos reuniéndonos y pasándolo tan bien los fines de semana.
Mañana os escribiré sobre las visitas del viernes, que han estado muy bien. Eso sí, siempre que la wifi me lo permita, porque últimamente está fatal, tanto que ni me deja colgar fotos en la entrada, así que ya mañana a ver si me deja y os cuelgo alguna. Besos a todos y seguid disfrutando del fin de semana.
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