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martes, 2 de febrero de 2016

EL TRÁFICO EN RIYADH

Ya os comenté en una entrada anterior que el tema del tráfico aquí se merecía una entrada para él solo. Pues como hoy no he hecho nada interesante o que merezca ser contado os hablaré de este asunto. Y no sólo del tráfico, también de la manera de conducir, sobre todo para prevenir a alguien que venga a vivir aquí y para que se vaya preparando mentalmente. Para que luego digan que somos las mujeres las que conducimos mal. Sinceramente aquí no sé a quién le echarán la culpa, porque echársela a las féminas al volante es un poco difícil.

Para empezar hay que hacerse una idea de lo grande que es esta ciudad. Según he leído en la Wikipedia, el número de habitantes en 2008 ascendía a 5 millones y pico, con lo cual ahora deben ser unos cuantos más. La superficie que ocupa es de más de 1500 km2. Madrid debe tener un número parecido de habitantes y su superficie es de 600 km2. Y es que, claro, aquí los edificios donde vive la gente no tienen más de dos plantas, son todo casitas, con lo cual la extensión debe ser mucho mayor. Por otro lado, otro factor a tener en cuenta es que de momento no existe el concepto de transporte público. En cuanto terminen las seis líneas de metro que están haciendo a la vez la cosa cambiará, pero mientras tanto no hay ni metro ni autobuses públicos. Todavía nos quedan un par de factores más por añadir. El primero es que, como ya conté en otra entrada, toda la ciudad está en obra. Y de verdad que no estoy exagerando, no hay calle por la que pases que no haya una zanja, excavadora o la calle entera levantada. Esto también tiene una explicación, y es que además de estar haciendo seis líneas de metro de golpe, están metiendo tuberías de saneamiento por todos sitios, y es que parece ser que antes no había, por eso en cuanto caen dos gotas y media, que es lo que cae aquí, se producen inundaciones. A todo esto, sólo me queda por añadir que no saben conducir y que mientras lo hacen puedes observar cómo van continuamente mirando sus teléfonos móviles. Vale, pues mete todo esto junto, agítalo y lo que te sale es el tráfico de Riyadh. El pobre de David se lleva todos los días entre hora y media y dos horas en el coche, para ir y volver del trabajo.

Lo siguiente es el modo de conducir. Aquí todos los días se ven golpes, es cierto que nada importante, sólo temas de chapa, pero es todos los días. Esto también dificulta el tráfico, porque cuando se produce un accidente o golpe, debes dejar el coche en el sitio exacto donde te has dado hasta que llega la policía y las compañías de seguro. Y si es en un carril central, pues da lo mismo, ahí se queda el coche.

Cuando te subes en el coche tienes que ir con mil ojos, porque te adelantan por la derecha, por el arcén o por el trozo que quede entre tu coche y el que tienes al lado, y el adelantamiento pueden hacerlo a 180 km/h. Vuelvo a repetir que no exagero. También te puede pasar que vayas tranquilamente por tu sitio, y de pronto tengas que frenar porque el señor del coche de al lado ha decidido meterse en tu carril mientras le manda un whatsapp a alguna de sus mujeres o vete tú a saber. Otra cosa curiosa que he visto es cambiar de sentido en una avenida superancha subiéndose por la mediana. Ah! Y que no se me olvide, que vayan en sentido contrario por esa misma avenida tan ancha. Todo verídico.

Una cosa de la que nos quejamos en España, o por lo menos en Sevilla, es de la hora de entrada o salida de los colegios, porque las mamás y los papás de las criaturitas, como diría Lopera, dejan el coche en doble fila cuando van a dejarlos o a recogerlos. Pues me rio yo ahora de eso. Ayer cuando volvía del coffee morning pasamos por un cole y había coches en tercera y cuarta fila, con lo cual tardamos más de 20 minutos en pasar al lado del colegio. Que no sé cuántos metros tendría, pero muy grande no era.

Otra cosa curiosa es que no están muy acostumbrados a que llueva, así que cuando caen las dos gotas y media de turno se ponen a esquivar los charcos como si se les fuera la vida en ello. El proceso es: ver charco, frenazo y a esquivar, o sin frenazo, a esquivar directamente, y si tú vas de frente pues apáñatelas como puedas.

Seguro que hay más cosas curiosas que contar acerca de este tema, pero ahora no me acuerdo y tampoco está aquí David para contarme más anécdotas. Así que sólo me queda despedirme dando gracias a Dios por no tener que conducir en Riyadh.

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