El compound sólo tiene 15 meses, y es que hasta los inodoros huelen a nuevo. Hay una piscina por cada grupo de 10 casas, además de la central, gimnasio con Spa y servicio de masajes, un lobby lounge que ya lo quisieran muchos hoteles de 5*, floristería, agencia de viajes, restaurantes, supermercados,...y no sigo porque podría llevarme horas escribiendo.
Piscina central
Zona de viviendas
Además resulta que una de las señoras que venía de nuestro compound estaba citada con la responsable de ventas para hacer una visita a las villas, y Missy y yo nos hemos apuntado al tour. Si ya con las facilities del compound te pones a llorar, no te quiero contar cuando ves las villas por dentro.
Del precio no tengo ni idea, pero se supone que el marido de Sharon ya los sabe, así que ella me va a escribir esta noche para contarme. Con lo cual, en la próxima entrada os diré a cuánto asciende vivir con la élite de Riyadh. Supongo que un ojo de la cara y parte del otro, por tanto, David y yo tendremos que conformarnos con lo que tenemos y seguiremos viviendo con el pueblo llano. Vaya por Dios.
Y para terminar con anécdota, nuestro queridísimo chófer nos ha dejado tiradas a las tres del tour, porque hemos llegado 10 minutos tarde, pero finalmente se ha tenido que dar la vuelta por nosotras ya que nos habíamos dejado las abayas en el bus y las otras chicas le han dicho que ningún taxi nos iba a recoger sin abayas. Y para remate de los tomates, como el muchacho se había enfadado le hemos tenido que dejar propina las tres Marías. Encima! Bueno todo sea por haber vivido ese maravilloso momento de pura envidia por lo que nos se tiene.
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