DE CENA EN LA EMBAJADA

Viernes tarde y ya casi no nos queda fin de semana. Pero de nuevo no me quejo porque por una cosa o por otra siempre hay cosas que hacer en esta ciudad. Aunque estoy segura de que hay gente que no me cree.

Ayer nos fuimos a cenar a la embajada española, a casa de un chico que ya conocíamos de antes y que tiene un puesto bastante apañado allí. Y es que resulta que no sólo el embajador vive en el edificio, también hay casas dentro de la embajada para algunos funcionarios. ¿Os imagináis la maravilla que es levantarse 10 minutos antes de empezar a trabajar? Y es que el chaval da tres pasos y ya está en su despacho.

Los diplomáticos además tienen una serie de ventajas que a lo mejor en otro país no se les da tanta importancia, pero en Arabia, ellos son los elegidos. Además de vivir en el edificio donde tienes la oficina, sólo trabajas por la mañana, y lo mejor de todo es que existe una cosa que se llama valija diplomática y que te permite meter cosas en este país, que el resto de los mortales no podemos o mejor dicho, no debemos meter. Y digo debemos porque aquí escuchas historias para todo, incluso de gente que ha llegado a meter la pata de jamón tal cual, con el jamonero incluido. Nosotros para la próxima creo que nos vamos a atrever con el queso, pero poco más, que ya sabéis cómo soy yo para lo ilegal, que parece que llevo escrito en la frente que estoy haciendo algo chungo.

Como anécdota diré que me dejé la abaya en casa de estos chicos y me fui tan pancha. No me di cuenta hasta casi llegando a casa y porque el taxista me miraba raro, menos mal que los cristales eran tintados, que si no, algún radical me podía haber echado la bronca. Así que esta mañana ha tocado ir de nuevo al Diplomatic Quarter, que es la zona donde están todas las embajadas, a recoger mi sayo. Pero aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y como había personal trabajando hoy allí en la embajada española, ya hemos preguntado qué hay que hacer para votar desde aquí y hemos recogido los formularios para inscribirnos como residentes. Ahora sí que sí amigos, que nos hacemos saudíes.

Y para terminar la entrada os dejo la foto del nuevo amigo que nos hemos echado David y yo. Lo único que pasa es que es un poco gorrón y cada dos días lo tenemos en la puerta de casa para que le demos de comer y de beber. David dice que es amiga más que amigo, pero yo todavía no estoy segura. Así que si es ella la vamos a llamar Chari y si es él Lolo.

Ha salido un poco bizc@, pero en realidad es muy mon@ y muy cariños@.