¿Se me nota la vena bética? Yo creo que un poco si. Al salón le quedan un par de cuadros y quizás pintar una pared también de verde.
Estoy tan contenta con la nueva casa que hasta he tenido invitados dos días para comer. El martes vino Kelly, la chica inglesa que os conté que era muy agradable y que hablaba español bastante bien. Y ayer vinieron Javier y Miguel. Ah! Que no os he contado, pero que se ha vuelto para trabajar en la misma empresa que Javier.
Por cierto, que lo de los cojines verdes y la nueva planta es gracias a ellos, que como buenos vecinos me llevaron de compras a Ikea.
Otra cosa que me encanta de la nueva Villa es que tenemos un jardín bastante más grande. Así que en breve o mejor dicho, cuando pasen estos calores, vamos a poner unos muebles de jardin. No los de palets que yo iba a hacer, porque finalmente mi gozo quedó en un pozo. Y es que la logística se me ha complicado. Pero bueno, seguro que encontramos algo bueno, bonito y barato.
Y en ese maravilloso jardin que tenemos, me he encontrado con una agradable sorpresa y es que hay plantada una tomatera de la que ya he recogido cuatro tomates. No sé cómo estarán de sabor, pero de pinta están bastante bien. Ahí va foto.
Y os dejo por hoy, que nos tenemos que arreglar para irnos de parranda.
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